Nuestras cocinas
no sólo llenas están de ollas y trastes,
también
almacenamos viejas recetas heredadas de nuestras madres o
abuelas, sabores
especiales, condimentos atrevidos, esa pizca de
secreto
culinario que nunca transferimos a nuestras amigas y hacen
la delicia y
envidia de quienes las prueban, por ello nuestros comensales
siempre deseosos
están de sentarse a nuestra mesa.
Aquí trataremos
de "prestar" nuestros secretos a las amigas
que nos visiten,
aunque no puedan degustar nuestros platillos,
podrán de esta
forma elaborarlos ellas mismas y ser
festejadas y
aplaudidas por quienes a su mesa se sienten.
cereza
(enero/2000 actualizada en febrero/2006)